Al finalizar la Guerra, la dictadura franquista inició una dura represión que duraría hasta el final. Este dominio fue la seña de identidad del nuevo régimen carente de alguna legitimidad. Su fuerza era el miedo que conseguía crear entre la población. Cualquier persona no “adicta al régimen” era fusilada, encarcelada, llevada a campos de concentración u obligada a trabajos forzados. Todo con el objetivo de mantenerse en el poder.
📌 Materiales didácticos (A) 9.2. Terminó la guerra y siguió la represión